sábado, 26 de julio de 2008

Volanteada en el barrio de Jorge Julio López




... como otras tantas veces el Sábado 26 de Julio la Mesa de Escrache Popular de la Plata se dirigió a Los Hornos, en este caso, a la esquina de 64 y 137. Bajo la consigna "Hay un hombre que no está y un grito que nos falta" se repartió un volante con el siguiente texto:

Hay un hombre que no está. Su voz ha sido acallada, su mirada no encontrada. Sus pasos no se sienten en el barrio. Falta ese encuentro cotidiano, la mano en alto para responder aquel saludo. Y la razón de su ausencia es que fue secuestrado. No como se nos quiso hacer creer en un primer momento, en el cual nos hablaban de un hombre asustado, confundido. Jorge Julio Lopez está desaparecido porque los sectores que implantaron el terror en nuestro país no soportaron su testimonio de verdad. Julio, ya anciano y con ganas de dejar claras las cuentas con su vida, con la dignidad de los justos, fue el principal testigo de la causa que permitió que el represor Miguel Etchecolaz fuera condenado como lo que es, un genocida. Un día antes de la lectura de la sentencia, el 18 de setiembre, Julio fue secuestrado. Otra vez. Porque, hay que recordarlo, esta no es la primera vez que Julio ha sido desaparecido. Lo fue también en la noche negra de la dictadura. Lo es hoy, bajo el estado de derecho,
cuando nos parecía que esto no debía ni podía volver a pasar. . Y por el lado del gobierno sobran muchos discursos diciendo que está haciendo “lo posible”.

Sobran los pedidos de recompensa y cinismo en varias declaraciones. Sobraron los rastrillajes buscando un cuerpo muerto. Y faltan las investigaciones que pongan la mira en aquellos comprometidos por los testimonios de Julio. Falta el uso de los recursos del Estado para esclarecer esta afrenta a la dignidad humana. Falta la voluntad de meter el cuchillo hasta el hueso. Jorge Julio Lopez no está. Y, lo que es igualmente desolador, no están los gritos necesarios para reclamar su
presencia. Falta esa indignación ante lo indigno, esa rebelión ante lo injusto. Falta esa reacción que nos rescate como pueblo. Sobra el silencio indiferente, ese mismo que acompaño, por parte de algunos sectores del pueblo, el genocidio de la dictadura. El del no te metás. El del algo habrán hecho.


Vecina, vecino, debemos dar ese grito. Que será, sin dudas, doloroso, porque desde el dolor debemos gritar. Pero también será necesario para construir nuestra propia condena, la condena social. Para que les quede bien claro a los personeros del terror que cuando decimos nunca más, queremos decir precisamente eso: Nunca Más.
Alcemos nuestra voz, entonces. Por Julio y por el juicio y castigo a todos los culpables. Aparición con Vida ya!
Mesa de Escrache Popular de La Plata